Hoy me enteré de que hay nuevos lectores -en realidad, es solo uno el nuevo- en demencia. De ahora en más, ya que son multitud, los llamaré dementes. Bueno, lo curioso es que el lector [un demente] me resaltó el detalle de las últimas entradas, enfocadas en el fracaso y la desdicha.
Os digo, no creáis que soy un desdichado; no creas que soy un desdichado, no por lo escrito en mis análisis de un estado de ánimo, supuesto y planteado desde el punto de vista de un tercero. Soy un hombre feliz, un demente feliz. Imbuído de buena fortuna.
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