Hoy es uno de esos días en que estaría bueno dejarme morir. Pero me rescato, por miedo y para seguir viendo, viviendo. Ayer, hoy ví y sentí cosas nuevas, risa, gente, algo de belleza, una sensación de compasión y tristeza, vergüenza, incomodidad, algo interesante, algo repugnante, hasta miedo. Incomodidad una y otra vez. Ese no es mi lugar, ni ese otro, ni aquel tampoco, no existe mi lugar. ¡Qué perdido me siento! es increíble la crueldad de mi realidad, la que vivo siempre ¿y por qué parece ser cruel más fácil?.
Anoche soñé que estaba de vacaciones, en la terraza de en una casa de playa. El típico cielo celeste, algunas nubes pintadas y el mar azul. Las cortinas blancas a merced de la brisa cálida. En algún momento veo botes de vela navegando, que se convierten en miles; a la vez en el cielo avionetas, globos y paracaídas; los grupos se mueven como una bandada de pájaros. Me parece increíble y saco fotos, no estoy seguro que salgan bien. Los paracaidistas descienden a metros. De a poco el concierto termina. Me despierto.
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